Texto Víctor Gallego
Si la semana pasada os traíamos un destino como eran las Rías Baixas gallegas, esta semana, por continuidad, le toca a las Rías Altas. En la península, Galicia es la comunidad autónoma con más kilómetros de costa; a pesar de no ser la más grande en tamaño tiene casi el doble de longitud de costa.
En Galicia tenemos la morriña, las meigas, los conxuros y también a la Santa Compaña, pero como bien decía en el párrafo anterior, tenemos costa para dar y regalar. Aunque entre el norte y el sur, entre las rías altas y las baixas o entre el Celta y el Depor siempre existió una sana rivalidad, en lo que hay unanimidad total es que la costa es sagrada.
Fuente de ingresos de miles de familias, la costa gallega es el tesoro mejor guardado y conservado. Y, en ella, podemos encontrar mil y un lugares en donde surfear los 365 días del año. Mejores o peores condiciones, pocos o muchos kilómetros de distancia, pero seguro que todos los días del año hay alguien que surfea sus aguas.
Tras el pequeño recorrido por tres de las playas más conocidas en el sur de Galicia, ahora nos tocan tres en el norte. Arrancaremos desde Nemiña, una de las playas más internacionales de las que posee Galicia, que junto con Pantín, tal vez sean las más conocidas fuera de nuestras fronteras.
En relación a esto, hace pocos días visité allí la Escola de Surf Costa da Morte, y Rubén Prieto, propietario del negocio, me reconocía «es una pasada que llegues a una tienda de surf en Irlanda y que el póster que te encuentres sea el de tu playa, con unas letras enormes diciendo Nemiña». Esta anécdota sirve para mostrar la internacionalidad de esta playa que encontramos justo en el centro de A Costa da Morte.
Un arenal que trabaja durante prácticamente todo el año y en donde puedes encontrar todos los tipos de condiciones. Desde la iniciación hasta uno de esos baños cañeros solo aptos para Juan Sin Miedo. Con todas estas opciones, y más, Nemiña también destaca por ser una de las playas preferidas para los amantes de longboard. Olas largas y perfectas para darte un buen baño con una tabla más allá de los 8 pies.
Otra de las playas que quiero destacar es la del Orzán. En pleno centro del paseo marítimo de la ciudad de A Coruña estos arenales, que tal vez no sean los mejores de esta costa, brindan la posibilidad de surfear dentro de una cuidad. Un privilegio al alcance de no toda la población.
Evidentemente, cada playa tiene su momento y la naturaleza juega un papel fundamental en el surf. Pero que nos ofrezcan la oportunidad de bajar andando con la tabla de surf desde tu casa, o tu trabajo, a surfear está al alcance de muy pocos y sobre todo si vives en una ciudad o eres un urbanita.
La playa del Orzán es una playa bastante expuesta y que tiene un oleaje bastante constante a lo largo de todo el año. Además, es un lugar en el que predominan las olas de derechas y que puede llegar a estar algo masificada por ese pequeño privilegio de estar en el centro de la ciudad.
Y, para finalizar quiero acabar esta nueva entrega en una playa que mencionaba al principio, y tal vez la más famosa de Galicia, hablo de la playa de Pantín. Escenario de grandes competiciones y una de las más internacionales ya no solo en la costa gallega, sino en todo el territorio español y europeo.
La playa de Pantín será conocida por muchos por el Pantín Classic o por su enclave natural privilegiado entre cabos y en un escenario verde como pocos. Pantín es una playa que posee olas high class y en donde han surfeado deportistas de talla mundial.
La playa cuenta con diferentes picos de derechas e izquierdas. Pero el más mítico es el que sale en la parte derecha de la playa. Necesita poco mar para funcionar y se suele decir que si no hay olas en Pantín no hay olas en toda Galicia. Característica que le ha dado el sobrenombre de “La Factoría de Olas”.
Hasta aquí un nuevo repaso por alguna de las playas más conocidas de la costa gallega. Hay más y posiblemente mejores, pero eso lo dejamos para otra ocasión que no estemos escribiendo un artículo.