Skeleton Bay hasta hace poco no era más que un punto de arena en un desierto remoto. Hoy se ha convertido en una ola sinónimo de perfección para el mundo del surf. Descubierta hace unos pocos años y hoy destino de ávidos caza marejadas que vuelan desde todo el mundo cuando las predicciones son favorables, esta joya de la naturaleza rompe en las costas de Africa, en el Océano Atlántico, dando tubos interminables a la costa de Namibia, cerca del sur de Angola, desde el río Kunene hasta el río Swakop.
Namibia es una de las últimas fronteras del mundo para el surf. Tiene un aislamiento extremo, terreno hostil y el acceso es difícil. Estas características se combinan con el agua fría, fuertes corrientes, niebla densa y condiciones impredecibles. Toda la costa de este país, de más de 1.500 kilómetros de extensión, forma parte del desierto más antiguo del mundo, el desierto de Namibia.
La ola que se forma en Skeleton Bay ofrece más que cualquier otra, es una ola sin comparación con ninguna por la particularidad de sus fondos, el enclave y su forma y potencia. Una ola que ofrece los tubos más largos del mundo rompiendo sobre arena.
Aunque llegar al spot es todo un logro, conseguirlo hace que el avión, el 4X4 y las duras condiciones del país hayan merecido la pena. Surfistas españoles como Aritz Aranburu (como podemos ver en este gran reportaje y vídeo) y otros, están entre los atrapados por la calidad de Skeleton Bay. Una de las mayores maravillas del surf!
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