Nuestra tabla de surf es algo más que una simple herramienta o un objeto. Ella nos proporciona momentos inolvidables, sensaciones únicas en las olas que difícilmente podemos explicar. La queremos, la admiramos, difícilmente la prestamos. Pero ¿la cuidamos como merece? Seguro que más de uno no, por ello queremos compartir con vosotros unos consejos para cuidar la tabla de surf. Y es que, comprada de stock o, más aún, encargada personalmente a nuestro shaper de confianza, ella es la “alfombra mágica” que nos transporta al mundo del surf. Siguiendo una serie de consejos sencillos conseguiremos que nuestra tabla se conserve en mejor estado y continué dándonos alegrías en el agua.
CONSEJOS BÁSICOS PARA CUIDAR LA TABLA DE SURF
Aunque resulte obvio, es conveniente tener una funda preparada para cada nueva tabla, a poder ser de su medida y con el suficiente refuerzo para protegerla bien. Los bollos al meterla en casa, al guardarla en el coche o furgo, los “toques tontos”, son el origen de muchos desperfectos. En los viajes en avión estas precauciones se deben aumentar con fundas especiales, incluso rígidas, o reforzando el interior, por ejemplo con toallas o el neopreno.
Y durante su uso, como es natural, evitaremos surfear sin leash en condiciones de peligro: Olas grandes, crowd abundante o rocas cercanas a la orilla. La prudencia en el agua nos evita también muchos toques o partidas. Una vez fuera del agua es muy importante no exponerla demasiado al sol, sobre todo por la parte de arriba, donde ponemos la parafina, ni dejarla encerrada en el coche donde el excesivo calor y los rayos de luz pueden dañarla.
Dejarla guardada en mala posición, con peso encima o inclinada, podría llegar a deformarla. Y colocarla en equilibrio precario, de pie sin apoyo, o sobre la punta, es desafiar a las leyes de la gravedad para que termine cayendo por muy bonita que luzca de esa manera. Unos buenos racks para almacenarla o sencillamente apoyada en el suelo, son garantías de que tu querida tabla no caerá.
Si llevamos nuestra tabla en las bacas del vehículo, debemos asegurarnos de que va bien sujeta para soportar la fuerza del viento y que resistirá el viaje sin darnos sustos. Pero tampoco es conveniente atarla apretando demasiado de manera que la cuerda o cinchas utilizadas puedan causar daños a su superficie. Por lo general el uso de pulpos elásticos está desaconsejado. Unas buenas cinchas colocadas con cuidado aseguran la tabla a la baca perfectamente.
Es muy conveniente inspeccionar tu tabla de vez en cuando en busca de pequeños toques por los que pueda entrar agua. Si te decides a realizar una reparación de emergencia antes de llevarla al shaper, te recomendamos que no te fíes de la socorrida cinta adhesiva. Y mucho menos de ponerle una pegatina o un emplasto de parafina encima. Existen productos, como el Solarez, que pueden sellar el pequeño toque en poco tiempo y se pueden lijar si es necesario, resolviendo esa emergencia y permitiéndote surfear antes de la reparación final en el taller profesional.
Renovar la capa de parafina tras un uso prolongado es conveniente, haciéndolo a mano tras calentarla un poco y con una espátula o con productos especialmente dedicados para ello. Las quillas, si no son fijas, las guardaremos aparte en caso de viaje y mantendremos cajetines y tornillos de sujeción bien limpios y sin salitre. Para ello, conviene bañar la tabla en agua dulce, como hacemos con el neopreno, siempre que se pueda tras una sesión de surf. Prestar una tabla es a veces una decisión dura… Tu tabla preferida no se presta así como así. Ten en cuenta la habilidad del surfista y las condiciones de mar antes de tener que arrepentirte de ello.
Nuestras tablas son verdaderas joyas, ¡cuidemos de ellas y disfrutemoslas!
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