Nos hemos habituado a salir de surfear y encontrarnos nuestras playas llenas de basura. Es probablemente uno de los mayores problemas identificado por ecologistas de todo el mundo. El plástico está por todas partes en nuestras playas, en el mar y en los peces. Y por consiguiente, dentro de nosotros mismos al alimentarnos de esos peces.
Además, no olvidemos que es un problema íntegramente generado por el ser humano. Junto con otros problemas que también hemos causado, es sin duda uno de los mayores puesto que estamos llenando el planeta de basura y matándonos a nosotros mismos envase a envase, bolsa a bolsa. La pregunta que nos asalta ante este problema ya evidente es: ¿Y qué podemos hacer para ayudar a solucionarlo?
Nosotros hemos creado toda esta basura y sólo nosotros podemos limpiarla. Va a costar y mucho puesto que como ya sabemos la descomposición de estos materiales es muy lenta, y además muchos de nosotros o no somos aún conscientes del problema o nos sentimos impotentes por no saber qué hacer para ayudar.
Hay muchas cosas que a nivel individual y colectivo podemos ir haciendo; desde limpiezas de playas, como un verdadero reciclaje o votar a partidos que muestren una preocupación sincera por lo que estamos haciendo con el planeta. Pero todo esto empieza por la toma de consciencia.
Hay que ser conscientes del problema y consecuentes con nuestros actos. Y aunque pueda sonar a obviedad, hay muchísima gente que aún no se ha dado cuenta del problema que supone seguir generando basura de esta manera insostenible para la vida en la Tierra.
Es aquí donde el arte entra en acción. El arte es el medio por el que algunos están optando para reflejar lo sucio que está todo, para incluso remover nuestros sentimientos y sensaciones, y para invitarnos a dejar de ser parte del problema y convertirnos en parte de la solución.
Un buen ejemplo de este movimiento de artistas implicados es Carlos Arrola Marés. Artista bilbaino licenciado en humanidades y Empresa por la Universidad de Deusto.
Tuvimos la suerte de conocerle en el pasado Surf Festival de Barcelona cuando exponía “La Plastikería”, su principal exhibición de arte plástico y en la que simula una pescadería que en lugar de vendernos pescado nos vendía plásticos. Una clara alusión al problema de los peces contaminados por los microplásticos que están saturando los fondos de nuestro mares.
Cuando le conocimos, nos llamó mucho la atención que esta exposición se econtraba en el camino que nos llevaba a los aseos del festival. Seguro que era pura coincidencia por cómo distribuyeron los espacios de la mucha gente de toda la industria del surf participante. Pero aún así, nos pareció una buena analogía que se encontrara situado en la parte de atrás, allí donde los humanos escondemos nuestras vergüenzas.
Carlos no dudó en acercarse a explicarnos amablemente que su exposición “consiste en una serie de esculturas realizadas con plásticos que yo mismo recojo de las playas en Euskadi”. ¡Conoce un poco más sobre él y su obra!
1. ¿Cual fue tu motivación para iniciarte en la lucha contra la problemática del plástico en nuestros mares? ¿Por qué acciones empezaste?
Mi primera incursión seria en el tema fue en una Conferencia organizada por la fundación Surfrider llamada “Mar de Plástico”. En 2014, harto de ver mi playa sucia cuando surfeaba, organizamos nuestras primeras recogidas de basura, al igual que otros grupos que ya organizaban limpiezas de playas.
Éstas fueron con el club de surf local y gente de la playa. Eran acciones de concienciación, eventos en los que hacíamos una barbacoa para los participantes y con la colaboración de las tiendas de la zona organizábamos sorteos para hacer estas quedadas aún más atractivas.
2. Cuéntanos un poco qué buscas con tu forma de expresión artístca.
Busco hacer pensar, no pasar desapercibido y hacer partícipe al espectador evocando diferentes sentimientos. Desde la provocación hasta el humor, la crítica y el sarcasmo. Busco expresarme, aportar… La guerra para mí es la ausencia de arte. Comunicar, devolver a la sociedad su basura, nuestra basura, en forma de arte. Que nos sirva para pensar, la inteligencia, la imaginación… Esas son las cosas que nos hacen seres humanos.
Mi obra es una crítica al postmodernismo, al consumismo, al progreso mal entendido y al capitalismo insostenible. Un sistema que hace aguas y un agua saturada de plástico.
3. ¿Además de “La Plastikería” en qué otros proyectos has participado o estás participando?
Soy miembro de la Asociación Sin Ánimo de lucro “Kosta Blue” con la que organizamos recogidas para cuidar nuestro litoral.
El proyecto en el que tomé conciencia TOTAL y comencé un activismo más intenso es el documental que protagonicé “Hondar 2050” y que fué acompañado por la exposición “Bajamar 2050”en la que se exhibía el resultado de la investigación. Con este proyecto también participé como ponente en la conferencia URBAN WASTE de Bruselas.
En la actualidad, estoy centrado en la creación artística de una pieza de vídeo-arte que recoge la experiencia de un nuevo performance “El Sireno del Siglo XXI” con gran carga crítica, visceral y en parte cómica.
4. ¿Por dónde recomendarías empezar a los Todosurfers que nos leen y quieren ser parte de la solución y no del problema?
Las obras en las que participo hablan de un viaje. El viaje que experimentan esos objetos que nos encontramos en la playa. Pero también indirectamente hablan del camino que nosotros debemos recorrer para cambiar nuestros hábitos. Así, aunque estos nos puedan resultar traumáticos, debemos ir cambiando aunque sea de manera gradual.
Por esto, cada todosurfer debe empezar por tomar conciencia del problema y a partir de ahí cada uno empiece a pensar. Que actúen reduciendo su consumo, reciclando y reutilizando en sus propias casas. No pedimos que limpien playas, sino que empiecen por dejar de ensuciarlas. Que sepan que solo el 20% de la suciedad proviene del mar, el resto viene de los ríos y de los alcantarillados de las ciudades.
¡Si no hacemos nada al respecto, para el año 2050 habrá más plástico que peces en el mar!