Texto Víctor Gallego
Esta situación que nos está tocando vivir está a punto de acabar con la paciencia de muchos de nosotros. Añoramos las playas, las olas, el surf o el simple hecho de la arena en los pies. Una situación que ya está manida y que de vez en cuando pide que nos proyectemos a dónde nos gustaría ir una vez acabe el puñetero confinamiento.
Hoy hablaba con Rafa, el director de esta revista, y hablábamos de como poder daros a vosotros, lectores, una manera de evadirse de nuestras cuatro paredes; los afortunados cuatro paredes, una terraza o un jardín. La conclusión fue que contásemos que viajes haríamos una vez pasasen estos días el los que nos vemos afectados por un virus que no podemos ni ver.
Memorias de un viaje a Marruecos
Y así fue, hace poco hizo un viaje con mi primo a Marruecos. Un surf trip que a día de hoy me vale para darme cuenta de lo poco que necesitamos para ser felices. Una tabla, una ola y al salir algo de comer con una buena jarra de cerveza fría.
En este viaje estuvimos en varios destinos que serán más que conocidos por los surfistas de medio planeta. En esta ocasión surfeamos Taghazout e Imsouane. Dos spots que están más que documentados en multitud de revistas y blogs, pero si queréis uno bueno aquí, en todosurf (enlace).
Lo importante de un viaje de surf, bajo mi humilde punto de vista, no es solo el surf, sino la gente con la que lo haces y las experiencias que vives en ellos. La propia Garazi Sánchez, surfista profesional, me lo reconocía en una ocasión:
Pero retomando líneas, un viaje a Marruecos merece la pena hacerlo. Un destino, para los españoles muy cercano, y que oculta unas olas increíbles, una cultura completamente diferente y una comida que merece la pena ser explorada.
La gran urbe en la que estuvimos fue Marrakech, una ciudad diferente y que te traslada a un escenario de película de Indiana Jones. Los mercados, el tumulto, el agobio y los olores traen a la memoria a Indy en busca del arca perdida. Una parada indiscutible que debería ser obligatoria. Pero, lo que de verdad merece la pena son esos pequeños pueblos pesqueros en los que comes producto fresco y surfeas olas increíbles.
En esta ocasión y tras hacer noche en Agadir nos desplazamos a un pueblito, a no más de veinte minutos en coche, que nos sorprendió por el alto espíritu y ambiente surfero venido de todas las partes de Europa, Taghazout.
Taghazout alberga una pintoresca avenida en la que te puedes encontrar con tiendas de surf o teterías en un ambiente local con autóctonos que te indican donde encontrar la única cerveza del pueblo.
Calles estrechas y casistas chiquitas daban acceso a una playa en donde los barcos de pesca descansan en un varadero hecho en la propia arena. Con una fachada litoral muy colorida, repleta de grafitis y pequeñas terrazas, los pescadores, surfistas y turistas. Aqui se entremezclaban en una zona en donde el tiempo parecía haberse detenido y las olas se mantenían Eieles a los orígenes de este deporte.
La lluvia que nos recibió no fue un impedimento ni un inconveniente para surfear al lado de marroquíes, franceses o españoles como nosotros. En nuestra visita, tal vez, el mar no nos recibió como no hubiese gustado, pero aún en unas condiciones en las que en otra playa no trabajaría el mar, allí nos aseguró un buen baño entre dos primos hermanos.
Imnsouane
De allí partimos a un nuevo destino. Otro pequeño pueblo, Imsouane. A este pueblito, que esta escondido en el medio de varios cabos, accedes desde lo alto de una colina que alberga una de las instantáneas más espectaculares que recuerdo de Marruecos. Un destino que además puede presumir de poseer una de las derechas más largas de toda la costa atlántica de África.
Las condiciones no eran esas de las que cualquier otro podría presumir en un artículo como este. Pero el paraje era indiscutiblemente bonito, la compañía; mi hermano, primo o lo que cojones sea, sangre de mi sangre, y el surf copaban con creces mis expectativas. Un destino que quedará pendiente para el próximo viaje que haga con él.
Al final, un surf trip en donde el surf partía con papel de protagonista principal y que acabó siendo un fantástico actor de reparto. Los protagonistas, los humanos, la naturaleza y la puta experiencia que en días como estos añoras.
El encierro al que estamos sometidos estará más lejos o más cerca. Lo que seguro está claro es que todos y cada uno de nosotros tenemos un destino al que iremos una vez se acabe el confinamiento, palabra de moda que jamás hubiésemos empleado salvo para hablar de animales en granjas. Espero que esto os de ganas de visitar un país que tiene mucho que ofrecer y poco que ocultar si es de surf de lo que estamos hablando.