Las piscinas de olas son la revolución del surf moderno en la ultima década, nos guste o no. Su impacto es imparable y han llegado para quedarse. Lideradas por el Wavegarden español, pionero y triunfando internacionalmente, un sistema de generación de olas surfeables que describimos al detalle aquí y cuyas instalaciones visitamos en el surftrip que os contamos en este otro reportaje.
Después surgió la piscina de Kelly Slater, el 11 veces campeón mundial sorprendía al mundo con su rancho en Lemoore, California, que ya está construyendo una versión japonesa cara a los juegos olímpicos de Tokyo 2020. La perfección automática de sus tubos nos alucina en vídeos tan impactantes como este.
La tercera en discordia, la piscina de olas que se creó en Waco, Texas, para competir por el trono de las wavepools, se ha hecho tristemente famosa por su cierre temporal debido a la posible muerte de un surfista a causa de una ameba mortal “comecerebros” presente en el agua de sus instalaciones. Toda la info de esta noticia, aquí.
Y ahora llega la respuesta australiana a la “fiebre de las olas mecánicas”, la Surf Lakes. Estas instalaciones están apadrinadas por el gran Occy y son una versión muy Mad Max de las anteriores. Un engendro enorme de vapor que se introduce de golpe en una laguna produciendo 5 olas simultáneamente al desplazar el agua en todas direcciones.
La piscina de olas de Surf Lakes está aún en estado de prototipo en Queensland, en el norte de Australia, y según la compañía es capaz de producir 2.400 olas por hora. Está desarrollada con una tecnología más eficiente y menos contaminante que otras, pero aunque la foto del proyecto que os compartimos arriba pinta bien, su aspecto actual no es el más atractivo. Una especie de monstruo de vapor y hierro en medio del páramo australiano que nos recuerda inevitablemente al universo de la Cúpula del Trueno de Mad Max.
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