Rob Machado no sólo es uno de los grandes surfistas del mundo, sino que se ha convertido en un ícono de este deporte. Es uno de los personajes más reconocibles del surf, un guru, una leyenda viva.
Rob Machado responde a la pregunta de en que consiste verdaderamente el free surfing. Conocido por su flow tanto en tierra como en el agua, Machado ha estado muchos años en la parte superior de la clasificación como competidor en el WSL World Tour. Para el recuerdo y parte de la Historia del surfing nos dejo mangas extraordinarias como la famosa con Kelly Slater en Pipeline en el 95.
Dos grandes amigos se juegan ser campeones del mundo. Slater y Machado se divirtieron e hicieron disfrutar a los espectadores que se agolpaban en la playa. Al final de su última ola, Rob recortó hacia dentro y rodeó a Kelly chocando su mano. Un gesto que resumía su forma de percibir un deporte que siempre entendió más como un placer que como un deber: “No compito con otro, salgo a surfear la ola. A disfrutar ese momento íntimo que te regala el mar. Soy yo, la tabla y la ola”.
Con 12 victorias en su carrera, Machado se situó entre los diez mejores surfistas once años consecutivos y fue incluido en el Salón de la Fama de los surfistas en el año 2000 y 2006.
Desde su salida del tour WSL-ASP en 2001, Machado ha sido uno de los embajadores comprometidos con el surf más importantes, vagando por el mundo, practicando surf en las mejores olas del planeta y siendo imagen de la definición de “surf de alto rendimiento.” Sobre las tablas sin quillas, de madera conocidas como alaias, Machado se ve a menudo como un moderno Gerry Lopez: Una verdadera encarnación del estilo y aloha.
En cuanto a su vida personal, Machado no tuvo tanta suerte; Al abandonar la competición, formó un hogar con su esposa, pero la cosa no salió como esperaban. Tuvo dos hijas (Macy y Rose) antes de que su mujer se marchase con las niñas y le pidiese el divorcio. Machado se hundió: “Después de mi primer divorcio, estaba roto por el dolor. Devastado. Así que me fui a Bali, en busca de mí mismo. Y la belleza que vi en la gente de Bali me ayudó a curarme. Curarme y conocerme a mí mismo. Siempre voy a respetar y amar a Bali por darme lo que me dio entonces”. De aquella experiencia surgió un documental llamado ‘The Drifter’, en el que Rob cuenta ese viaje interior y exterior. Tras aquello se recuperó, volvió a su casa al pie de la playa, comenzó a surfear de nuevo, conoció a su segunda esposa y vino al mundo su hijo Jax.
Afianzó su compromiso con Rob las causas benéficas, especialmente con las que tienen que ver con problemas ambientales. Fundó la Fundación Rob Machado para recaudar dinero gracias al que ha puesto en marcha decenas de iniciativas como los proyectos de perforación de pozos en Indonesia o en Brasil. o proyectos innovadores relacionados con el agua potable, que dio a 500 mil niños la oportunidad de mostrar formas innovadoras para conservar el agua como consecuencia de la crisis del agua del sur de California.
Todo esto, junto con sus pies bien asentados en la tierra, y el aura accesible que desprende, hace de Machadon uno de los atletas más influyentes de todos los tiempos. Y puesto que él todavía está escribiendo su increíble historia, es una influencia que no hará mas que crecer con el tiempo.
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