Texto por Andrés Sánchez Belzunces
He tenido la oportunidad de hablar con Al-berto el cantante de fried Bikinis, el cual os recomendamos en la playlist que hicimos recientemente. En ella no podía faltar un gran grupo que todo surfista debería conocer, y que encima es de los pocos que canta en nuestra lengua.
Así tras el éxito de la playlist lo mejor que pudo pasar es conocer a Al-berto, para entender mejor la música de surf. Una música que comenzó hace mucho tiempo con grupos como The Beach Boys, pero que no se podría definir como un género que sigue unos patrones melódicos. Sino una música que tiene en común su amor por el mar y todas las experiencias que nos hace sentir el surf.
Entrevista Al-Berto
De este modo el cantante y líder de Fried Bikinis (Al-Berto) nos ha permitido conocerle mejor a él y su historia. De cómo se enamoró del surf y como esto le inspiró a crear esta música durante tantos años.
Sus canciones nacieron en costosas líneas de búsqueda de olas rompientes. Lo primero que puedes pensar: ¡Jack Johnson!. La voz tranquila de Al-Berto suena a veces como la del famoso surfista, pero Al-Berto también canta en su maternidad en español con argot de Guatemala donde vivió un par de años y toca la guitarra acústica con riffs de reggae de attutide funky cerca a Manu Chao.
Al-Berto regresa después de cada viaje a Engelberg para procesar los pensamientos y las melodías reunidos en canciones, construidas con tambores de percusión y líneas de bajo new wave, decoradas con melodías de guitarra que bailan a lo largo de la voz.
Al-berto que tiene procedencia de Guatemala y vive en Engelberg (Suiza), empezó escalando y esquiando. Fue en un viaje al rededor del mundo pasando por Guatemala, donde vio una tabla de surf de su hermana y decidió probar, desde ese momento asegura que se “quedo envenenado del surf”.
En ese viaje al rededor del mundo compuso el primer disco que tardó dos años en terminar de grabar. La playa donde surfeaba era Byron Bay, al igual que el título de su disco Así siguiendo la tradición cada álbum es un sitio donde ha estado durante un tiempo surfeando e inspirándose para componer. tras eso trajo más discos como taghazout o Sunzal, también conocidas rompientes de diversos continentes.
Ahora se encuentra en el sur de Portugal con su familia, lo que me hizo preguntarle si traería un nuevo álbum con título de costa europea. Entre bromas me contó cómo fue para surfear y pasar tiempo en familia y no se llevó la guitarra. Pero no tardo en venirle la inspiración (suponemos que gracías a la calidad de las olas de Portugal) e ir corriendo a por una guitarra de segunda mano.
Ya que principalmente se escucha en Alemania y Suiza, la anécdota se basa en que mientras yo vivía en Lisboa compartía playlist con mi compañero de piso Alemán y escuche sus guitarras tranquilas y esas voces en español que hablaban de surfear de las que me quede prendado, a lo que le pregunte al alemán si entendía algo, y el aseguro que ni un carajo (no se como se dice eso en Alemán), pero supongo que si la música es buena no hace falta entenderla.
Sobre todo si habla del surf, algo que puede llegar a más gente por la música, pero a nosotros los surfistas nos cala hondo.
Le pregunté si tuviera que elegir entre la música o el surf que haría, y tras una pausa aseguro que el surf. Suerte que no tiene que escoger, porque como dice Nietzsche “la vida sin música sería un error”.
Posteriormente le comente si encontraba alguna conexión entre la música y el surf; A lo que respondió que sobre todo para él como músico ver a la gente reír y disfrutar durante un concierto le produce una alegría nerviosa cargada de adrenalina. Similar a cuando has salido de un tubo.
El agua me pasa por la nariz, Aunque me ahogue me siento feliz, Este es mi mundo la vida de mar, Gozo el instante se va acabar
Al-Berto y los Bikinis Fritos están nuevamente en el camino con nuevas canciones para difundir el buen rollo “Para los que viajan. Para los que se quedan”