Texto Víctor Gallego
Los tiempos modernos han cambiado, ahora son tiempos efímeros, el tiempo es relativo y se mide por las veces que somos capaces de asaltar nuestra nevera desde el sofá de nuestra casa. Y esto afecta a todo ámbito de la comunicación.
A día de hoy él tele trabajo está a la orden del día y tal vez, solo tal vez, nos esté haciendo más productivos. Las ideas van y vienen, las olas se inventan, se fabrican con sábanas o se surfean a base de stop motion. El ingenio de la gente aflora en todas las direcciones, desde los propios entrenamientos de los deportistas hasta los vídeos virales qué inundan estos días nuestras redes.
Los programas en las redes sociales nos acerca la poca actualidad que queda más allá de la propia situación y al Surfing también le está pasando lo mismo. En mis propias carnes estoy viviendo este momento de una manera extraña. Vemos lo poco que ocurre y todos queremos contarlo, pero ¿no sigue pasando el tiempo?, ¿no siguen los países en guerra?
Son varias las cuestiones que nos pueden asaltar en la comunicación en tiempos modernos.
Como hablar de surf si el surf no podemos bajar a practicarlo, como hablar de deportistas sí ellos mismo ya casi no son ni deportistas. En estos tiempos que corren todos nos hemos igualado, todos nos hemos convertido en personas del mismo rango, salvo alguna excepción como puede ser el rey de Tailandia.
Entonces, ¿de qué habla una revista de surf cuando no hay surf?
Pues tratemos de seguir hablando de surf, o mejor aún, de personas, de personas que volverán a hacer surf. De nosotros mismos; de todos los que seguimos anhelando ese momento en el que podamos agarrar nuestras tablas e irnos a nuestras playas y… en ese momento sí! Surfear como si no hubiese un mañana. Como si el mañana fuese algo etéreo y que estamos a punto de perder si no luchamos por él; si no nos quedamos en casa e intentamos, dentro de nuestras posibilidades, hacer lo único que se nos está diciendo desde las altas esferas, ser responsables y coherentes.
Un medio de comunicación se debe a sus lectores, espectadores u oyentes. Pero si no tienen nada que contar, ¿qué cuentas? Es una paradoja en sí misma, que cuentan los que tienen que comunicar si no hay nada que comunicar.
Hace unos días coincidía con algunos compañeros y también con algún surfista, vía Skype obviamente, en que este momento es un gran momento para reinventar y buscar nuevas fórmulas para comunicar, para informar o para divertir. Y eso es lo que se está viendo en las redes sociales, entrevistas, ejercicios, directos, foros o programas de televisión grabados y editados desde nuestras propias casas. Un formato que seguro llega para quedarse, en mejor o menor medida siempre y cuando los rangos de calidad no se vean afectados y la precariedad laboral no se adueñe de estos nuevos conceptos.
Así o qué, la puerta se volverá a abrir, el sol todavía seguirá brillando y las olas aun seguirán rompiendo. Así que nosotros volveremos a contar, a estar a vuestro lado y a seguir acercándonos todo lo que ocurre en este panorama que se llama SURF!!