Texto Víctor Gallego
Festivales, surf y cultura
Aún estamos a unos meses de que el fervor de los festivales de surf empiece a rugir con toda la furia de Dios. Pero, considero que es un buen momento para empezar a analizar lo que significan estos eventos en la cultura del surf.
Probablemente, y solo probablemente, corrían los locos años del surfing californiano en donde los primeros festivales del surf coqueteaban con la cultura. Una unión que ha llegado viva, y de la mano, hasta el día de hoy.
La cultura americana nos ha dejado muchos truños, entre ellos al actual presidente que dirige ese país. Pero, también nos ha dejado algunas cosas que ha merecido la pena conservar. Una de ellas, esos festivales de surf clásicos en los que la competición no era más que una mera casualidad.
Como ya adivinaríais, esta semana es el turno de la cultura, y en este caso quiero centrarme en la cultura clásica del surf. Esa cultura que todavía vive en eventos como los más de uno que se celebran en España y que haré mención en los próximos párrafos.
El año pasado escuché una de las frases que me hizo reflexionar sobre este movimiento que nos llegó desde el otro lado del charco, y del otro lado del país, que está al otro lado del charco, trabalenguas. Hablo de… California y su inconsciente colectivo que todos albergamos.
El longboard se convirtió en todo un movimiento social en la costa de California en la década de los 60. Un a manera de entender la vida que conquistaría el mundo por su filosofía y rebeldía. Su arte, música o moda todavía perduran a día de hoy en multitud de festivales en todo el planeta.
Actualmente el longboard ha evolucionado y en los últimos años se reconocen dos estilos diferenciados dentro de la misma disciplina, el clásico y el progresivo o moderno. Dos caras de la misma moneda que tienen a sus defensores en cada una de las vertientes.
Festivales en España
En España tenemos ejemplos a casco porro de estos festivales que cada año reúnen a miles de personas a su alrededor. Y, para ejemplo, tenemos los botones de una chaqueta entera. No hace falta más que desplazarse al festival de Salinas o al ..
Solo tenemos que parafrasear a los organizadores del Motorbeach; “Gasolina y salitre. La piel se eriza con el sonido de un motor de origen desconocido montado sobre un bastidor oxidado, ambos recuperados en los adorables y perturbados años 50 y 60.”
Así tenemos el festival de Salinas, uno de los más longevos de España, y que se consagró hace años como uno de los puntos de referencia para los amantes del tablón en este país. Edición tras edición rompe la cifra de visitantes, con una cifra récord de más de 150 mil personas en el año 2018, que fue una de las más exitosas que se recuerdan en este país hasta el momento.
Cientos, o miles, de personas se dan cita a cada edición en estos eventos que todavía mantienen el espíritu de los orígenes de un surf que se hacía por y para el surf. Una modalidad de surfing que puede tener a sus mecenas y a sus detractores, pero al fin y al cabo, es el origen y la historia del surf que entendemos en la actualidad.