Texto Víctor Gallego
Si en el último artículo sobre personajes de leyenda reconocíamos el papel y la figura de una de las madres del surf; en esta ocasión nos toca hablar del que es sin duda el indiscutible Padre del Surf Moderno, el hawaiano Duke Kahanamoku.
El Gran Kahuna o The Big Kahuna, no fue un tipo corriente, no fue una de esas personas que pasan sin pena ni gloria por la tierra. Kahuna fue una persona extraordinaria que destacó en todas las facetas que mostraba.
Fue nadador, waterpolista, surfista, socorrista, medallista olímpico, extra de Hollywood, showman, actor y hasta héroe. A día de hoy sería un influencer de verdad, no uno de esos que tienen miles y miles de seguidores pero no son nadie. Duke Paoa Kahinu Mokoe Hulikohola Kahanamok era una persona tan completa como su nombre.
La historia de Duke arranca en Honolulú, cuando nace en 1890 y, como primogénito, es bautizado con el nombre de su padre, Duke. Nombre que había entrado en su familia en honor al Príncipe Alfredo, Duque de Edimburgo, en una visita a Hawai. Este nombre, que no hace referencia a ningún titulo nobiliario que pudiese tener el padre del surf moderno, podría haber sido casi premonitorio por la figura que finalmente forjó.
El surf siempre estuvo muy presente en la vida de Kahanamoku desde muy joven, cuando surfeaba en tablas de madera que a día de hoy ni nos imaginamos, 4,18 metros y 52 kilos de peso. Pero, pese a ser el surf el deporte por el que será recordado para siempre, con el que se ganó la fama mundial fue la natación.
Y, casualidades del destino, en una competición amateur en agua abierta batió el récord del mundo de 100 metros libres por 4 segundos. Cualquier nadador sabe que bajar 1 segundo es algo muy difícil, ¡imagináis bajar 4 de golpe!
Pero, no solo en los 100 metros logró ese hito, en los 200 metros también lo repitió. Esta demostración le valió para entrar en el equipo olímpico de Estados Unidos y acudir a sus primeras olimpiadas en Estocolmo en el año 1912, en las que como era de esperar, se volvió con varias medallas una de oro y otra de plata.
A partir de aquí, y durante varios años, la natación lo convirtió en un personaje mediático. Sin embargo, fue el surf el que lo elevó a la figura de estrella. The Big Kahuna nunca dejó de “bailar sobre las olas” con su indiscutible clase, pero fue una vez dejó la competición de alto nivel cuando llevó el surf a su máxima expresión y reconocimiento mundial.
Una vez fuera de las piscinas, el padre del surf moderno ejerció como tal y llevó por todo el mundo, sobre todo Australia y Estados Unidos, aquel arte tan peculiar que tenían en Hawai y que consistía en surcar las olas sobre tablones de madera. Un arte que probablemente él había heredado de sus antepasados.
Las giras, los shows y el gran talento del Gran Kahuna se repetían en playas de Australia y California. ¿Qué era eso que hacía? ¿Cómo lo hacía? Y ¿Para qué carajo servía? Esta era la pregunta que se repetía en todos los tabloides del mundo de la época cuando le veían domar las olas.
A partir de aquí la historia se conoce. El surf se extendió, se popularizó y se convirtió en lo que a día de hoy conocemos todos. Un deporte que trasmite la libertad y las sensaciones que el Padre del Surf Moderno se encargó de trasmitir a todos sus hijos; los millones de sur;istas que habitan el planeta tierra a día de hoy.