No es habitual pero aquel domingo salté de la cama temprano, puede que fueran las 5:00 todo lo más, de un respingo levanté mis posaderas tratando de no importunar el sueño de mi familia. Solo nuka, mi perrita “mil leches” pareció percatarse de mis movimientos.
Llegué a oscuras hasta el baño, lugar donde conviven los neoprenos a medio secar con el aftershave y como pude me arreglé con lo que tenía a mano: Un chaque 3:2 viejo, los calzoncillos debajo y unas chanclas.
Como tampoco es habitual, salí vestido de esa guisa del baño y sin mirar las previsiones decidí bajar a estrenar el día a la playa, de todas formas a esas horas ¿a quién iba a poder encontrarme en los cien metros que separan mi casa del agua?, pensé. Cogí mi retrofish, un twin bien tocho que me sirve igual para un roto que para un descosido y me dispuse a marchar. Nuka decidió acompañarme.
Al salir del portal me dí de bruces con Carmela, una vecina ya sesentona y soltera que le ha cogido el gustillo a las operaciones de estética, el etiqueta negra y la farra nocturna. Como pude me deshice de ella. Nadie me iba a joder el día.
Era aún de noche cuando llegué y las farolas del paseo iluminaban tenuemente la arena y un poco de la orilla, me lié la amarradera y remé con decisión hacia la oscuridad. No me hacía una idea del oleaje, solo noté que había un poco más de corriente de lo normal, supuse por tanto que entraba swell del Noroeste. Intenté fijar mi posición como siempre con la farola del fondo y el reloj y allí estaba cuadrado, bien temprano y de noche, en la más absoluta soledad.
Al cabo de un rato los albores del día despuntaron por el horizonte, sobre mí una pléyade de estrellas junto a una luna puntiaguda acompañaban a la suave brisa onshore. Me dispuse a surfear la primera ola del baño, entre luces y sombras atiné a remar aquella primera serie y el 5´11” se dispuso a dar otra mañana más de gloria.
Remonté y volví al pico, mientras recuperaba el aliento, me pareció ver un reflejo en la línea que separa el mar y el cielo, pensé que era el sol, pero era más bien como un punto del luz, mi intuición y mi mente me indicaban que se trataba un avión, por aquí pasa una ruta comercial y sin más, me dispuse a continuar mi sesión. Remé una derecha que quedó franca, andaba en zona de drop cuando sobre mí, calló un haz de luz intensa de unos 5 metros de diámetro.
Con la luz, el agua y todo su contenido se paró en seco -yo incluido-. El resto de la ola rompió con normalidad, todo menos aquel cilindro de 5 metros y toda su profundidad, que quedó convertida, en apariencia, en una especie de gel viscoso con el mismo color que el agua. Algo parecido a la gelatina.
El miedo me paralizó, con la respiración aún convulsa atiné a mirar hacia arriba, el espectáculo era sobrecogedor, capas de finas nubes se entrelazaban suavemente mientras giraban con lentitud en una suerte de espiral, más bien como un ojo de tormenta, en él reinaba la calma. Las estrellas habían dado paso a un rosario de luces informes que cambiaban de aspecto e intensidad, mientras el cielo tornaba de color cien veces por minuto, verde, morado, azul…
De aquel haz de luz surgió figura, un tipo alto y desgarbado, sin pelo sobre una especie de peana en forma de equis de no más de 70 centímetros de largo. Montura y ser eran brillantes como el platino. Bajó hasta mi altura y se puso a mi lado, sus facciones eran humanas pero su mirada era capaz de atravesar mis pensamientos. En mi interior resonó una voz: ¡Paz hermano!.
El tiempo se detuvo entonces, se presentó con un nombre indescriptible y me pidió con humildad compartir aquella sesión, con la cabeza asentí, aún paralizado. El lugar de donde vengo no es muy distinto al tuyo, me dijo. Es un lugar distante, eso sí, distante en todos los sentidos en los que se puede entender. Se trata de un sistema múltiple –con varias lunas y soles, para que me entiendas.
Mundos como el tuyo son una rareza. Simples y puros, sin complicaciones, climas estables, mareas sencillas, mares y riveras fijas, ausencia de depredadores, son el paradigma de la Fe. Son todo aquello a lo que mi civilización aspira, dijo con voz profunda.
Tendió su mano y me invito a surfear, cosa a la que accedí pues en definitiva ese era mi propósito inicial, así que bajé mi primera ola intentando ripar lo más fuerte que podía, en uno reentries me salí por fuera, el twin crujía y chirriaba, mis piernas y mi cintura se me iban a desencajar. ¿Qué pretendes demostrar? Me espetó aquel ser sin contemplaciones, ¿acaso es así como te mueves siempre?. No me intentes impresionar, vas montado sobre esa hermosura y pretendes ir contra sus formas, y lo que es aún peor, contra lo que te sugiere la ola.
Te voy a explicar un poco añadió: Nuestro Universo –que es el tuyo- se rige por leyes que en tu planeta apenas comprendéis, esas leyes obedecen al Movimiento o Razón Universal, en pocas palabras, el Todo, algo así como Dios, que genera el espacio, la materia, el movimiento de los cuerpos celestes, su Continente y Contenido, es la materialización palpable de la expresión Divina. Todo ello mueve y conmueve el Universo, los planetas y con ellos sus atmósferas, la aceleración –que aquí llamáis de Coriolis- hace el resto, formando vientos que se traducen en perturbaciones, lluvias, precipitaciones, oleaje, vida…
Algunos estáis empezando a ver el camino que nosotros emprendimos hace Eones. De donde vengo, la expresión de Dios, su Palabra, se comunica a través de esto que tú llamas surf, se hace con veneración y respeto, ese que parece que a ti te falta. Las formas clásicas como la que montas tú están reservadas sólo a los Grandes Sacerdotes, los cuales, como depositarios de la Fe y de la Sabiduría administran juciosamente. El resto somos conducidos con estas monturas, que como puedes ver, disponen de dispositivos de control que evitan el efecto Steko, eso que vosotros llamáis Stoke, que conduce a una experiencia técnicamente perfecta y técnicamente carente de emociones.
Incrédulo y temeroso le pedí que me permitiera observar su tabla equis, tenía un lugar reservado para cada pie, en el que se alojaban sensores de todo tipo, en el centro una especie de pantalla mostraba con signos ilegibles en una batería de datos, en lo que entendemos por bottom de aquella tabla unos pads evitaban el contacto con el fluido, en este caso agua, haciendo más eficiente el deslizamiento.
¡Aquel cacharro estaba diseñado para cabalgar cualquier fluido, incluso los gases! en una especie de control de la capa límite entre superficies, alterando la tensión superficial y no sé qué otra cosa más me dijo.
Al instante comprendí que mi compañero pretendía lo mismo con mi tabla, nos intercambiamos las monturas con ansiedad, yo por descubrir los secretos que se escondían en aquella tecnología y él por descubrir sensaciones arcaicas y prohibidas.
Aquel cacharro era una locura, mis pies se fijaron a ella presos de una atracción incomprensible y como por arte de magia, el display de datos apareció en mi lengua materna. Modo Manual, Modo Automático, control de stoke, maniobrabilidad, direccionabilidad, velocidad, aceleración, impulso, control cruzado…
Él me sugirió el modo automático. No hacía falta remar, sólo esperar que pasase una ola e iniciar el movimiento con los hombros, inmediatamente la cosa empezaba a deslizar separada de la ola a escasos centímetros de la pared de agua sin entrar en interacción con ella, el aparato no alteraba la rotura de la ola, copiaba su geometría, duplicaba su potencia y la convertía en movimiento, ¡cómo corría!, ¡cómo giraba!,¡cómo se cruzaba! Todos mis sueños convertidos en realidad en un instante.
Por su parte, el visitante se afanaba por intentar avanzar torpemente tras un bottom turn lamentable. Compartimos así horas seguidas, conseguí realizar trucos que aún no salen en las revistas, mi compañero logró completar una ola con el twin, al cabo de un rato me preguntó: ¿no echas nada en falta?.
Caí entonces en la cuenta que aquel artificio me había tenido entretenido durante largo tiempo, era una experiencia más física que mental, en definitiva me encontraba como hueco, sin sensaciones, ¿realmente eso era surfear?.
Me devolvió el twin, y durante un rato me explicó el verdadero motivo de su viaje. Con cierta frecuencia habían sufrido bajas en las filas de La Orden, -algo como su Orden Religiosa- Sacerdotes que habían partido hacia colonias y que se habían perdido por el camino, sospechosamente en lugares cercanos a sistemas simples como el nuestro. Una de las bajas más sonadas había sido hace unos 100 años de la Tierra, el Maestro Duce Cahanamaku, otra hace 60 años El Maestre Moky Dorra o hace 20, Kelai Slatre. ¿No sabrás nada acerca de ellos? Me preguntó.
Haciendo un alarde de sinceridad tuve que admitir que en mi vida había oído esos nombres. Tu palabra me basta me respondió mi nuevo amigo.
Tengo que partir, antes de ello te propongo el reto de ripar una ola juntos, hasta el final. Yo le puse como condición que debía simular con su tabla equis la configuración más parecida a mi twin y que pusiese el control manual.
Al momento rugió la serie y remamos con ansiedad, fue un bottom muy potente seguido de una subida por el labio intentando coger posición para acelerar, la ola se fue envenenando según avanzábamos hacia el inside, la marea baja dejaba la ola hueca y muy contundente en ese tramo – que por cierto siempre evito por temor a partir la tabla- la sección se tornó imposible, ambos la intentábamos negociar yo bombeando como un loco y él haciendo una especie de toneles delante de mí. Se formó un tubo que secó el fondo. La quilla interior, el canto, medio pie y mi mano se aferraban a la pared con las uñas si era preciso, mi compañero se despidió y su tabla aceleró como un demonio desapareciendo por el escaso espacio existente, entre el tubo y la nada, hacia no sé dónde.
El cerrojo cayó sin piedad, oí el estruendo de la ola al caer, la arena amarilla del fondo seco fue mi última visión.
Después de esto me invadió un sopor mortecino y entre una especie de neblina gris, atisbé unas siluetas a mi alrededor, humedad, malestar, dolor. Con todo ello, también una cierta sensación familiar. ¡Ese aliento! ¡ese jadeo!. ¿Nuka? ¿Nuka? Creí gritar.
Abrí los ojos y descubrí a Nuka lamiendo mi cara, Pedro el socorrista de la Cruz Roja me abofeteaba mientras un corrillo de unas diez personas se agolpaba a mi alrededor, Un anciano y dos sus nietas, un tío que jugaba al fútbol, tres chicas…
¡Macho! Exclamó el socorrista ¿cómo se te ocurre meterte ahí con la que está cayendo?¿cómo se te ocurre?,¡¡si puede haber un metro o metro y cuarto!! ¡¡y en la orillera con el fish!! Bueno, con lo que fue tu fish.
Aturdido pregunté ¿y el alien? ¿el Ser plateado?, los mirones me observaban con expresión entre jocosa, incrédula y compasiva. ¡Se que no lo soñé! ¡dónde coño está! Cada vez que insistía en preguntar, mayor era la sensación de bochorno.
Así recogí los trozos de mi fish y me encaminé hacia mi casa, dolorido y maltrecho, junto a mi perra, como aquel hidalgo caballero de la Mancha.
Días después, en una revisión médica rutinaria de la Mutua, un médico amigo mío me recomendó ir dejando la marihuana…
Rip or die!
Jolín, Love...Me apetece sacar el mío de las olas malditas para rematar...Ja,ja,ja... 😉 Me ha prestado mucho leerlo (Qué paranoia, en plan bien quiero decir... 😉 ) me encantan los relatos fantásticos y si son sobre Surf más (ahora hay algunos autores que se dedican al tema y lo que hacen está genial...) a mí creo que no se me da bien escribir historias sobre Surf, pero de todas formas y como me estoy volviendo a leer los cómics del Motorista de los noventa (... o me pillo alguno de esos inspirados en los de los setenta y saco la retro... 😯 ) cuando tenga un poco más de tiempo, voy a aprovechar la inspiración de tanto demonio del averno, calavera llameante y demás, por si soy capaz de escribir algo así en un plano surfístico que nunca lo he hecho y tengo curiosidad ( por cierto que el otro día se me estremeció el corazón, ví en uno de mis cómics un anuncio que decía...Feliz verano de 1991...Ay Dios, ese día yo ya estaba en el agua fijo... 😀 )Un saludote y gracias por compartir... 😉
"Más allá de una ola se juntan el cielo y la tierra..."
escribe un libro tiooo! *.*
mavarilloso post!
algun dia habra que pagar por leerte!!!
Gran relato, y al medico ni caso, no dejes la marihuana
Gracias a todos, TODOSURF te haré caso 😈
Rip or die!