Sábado 9.30 de la mañana, buen día, lycra y no más, el agua estupenda pero...rompiendo con demasiada fuerza para mí, que no he cogido un corcho distinto a los de "Pryca" con dibujos de la Bella y la Bestia hace decenios.

A eso hay que añadirle que de buenas a primeras apareces en una playa no indicada para principiantes, con un corcho, unas aletas, un invento que en primer lugar no me servía para perder el corcho, sino para que el corcho no me perdiera a mí. 😳 😛 y unas olas que ya empezaban a romperme en el jeto, incapaz de aguantarlas porque claro eso de hacer el pato es aún una odisea para mí, y unas aletas que no hacían más que estorbarme y dragar la playa mientras yo pensaba que me frenaba 😆

Entre el mar y yo había una lucha clara, yo quería entrar y llegar al pico, ella, bien sabia, me empujaba a la orilla mientras me decía "tú, oír,ver y callar" , así que decidí ponerlo en práctica.

Oí cómo rompían cerca, muy cerca, o en mi cara demasiado fuerte, con el agua al cuello, ví las rocas y que era incapaz de mantener el equilibrio encima del corcho, ilusa de mí,avisté las rocas demasiado cerca rozando una con la aleta, y decidí salir a mirarlo desde lo alto en silencio, reflexionando y haciendo caso a mi respetada mar.

Mientras, pensaba si algún día llegaría al pico, sólo al pico, y llegaré me decía; pero no hoy, ni mañana, ni pasado, hay que empezar por el principio, y para llegar al pico, como me indicaba la playa. Primero tendría que perfeccionar lo más básico, antes de entablar amistad con la mar, hacerlo con el corcho.

Domingo 9.30 Vamos a otra playa más tranquilita, con anécdota para olvidar y que sólo estropearía el relato para convertirlo en un monólogo de chiste.

Hoy con traje, bien, el agua perfecta, el traje una gozada, pero al ver lo que se avecinaba empezó el desánimo, no voy a poder llegar al pico, y mucho menos practicar el pato. Demasiado fuerte para mí otra vez, a medida que me acercaba al pico las olas eran cada vez mayores,mucho más que el sábado...y el cansancio del que era consciente que arrastraba toda la semana, era más fuerte que mis ganas por pasar esa frontera de olas rompiendo, empecé a respetar realmente esas olas, otra vez me estaban avisando "todavía no" .

Será mejor volver a salir, y esperar, todo llega...y al igual que todo, llegaré al pico, pero el próximo día, el martes, sóla, y donde se que el mar me dejará empezar, a enseñarme con calma y por el principio.

La conclusión a todo esto es que quiero y se que puedo, pero al igual que en su día aprendí a nadar en la playa que me conoce, aprenderé con ella , a seguir intentándolo. Descansada, y con esa obsesión que voy formando en mi mente de meta, y que no es una, son muchas, pero que forman una sóla carrera. La primera de ellas, es la de encontrarme sóla en la mar, sin presión, y luego ya se verá el dichoso "patito" 😆